Primavera con Monique Wittig El devenir lesbiano con el dildo en la mano de Spinoza transfeminista
Para no terminar subyugadas por las identidades opresoras; para que un espacio separado de varones heterosexuales no sea concebido a priori como transodiante; para que de una buena vez terminemos de entender que ni la identidad sexo/generica ni la deseante ni mucho menos las formas de vida están dadas por lo genitales; para que, justamente, comprendamos que ser un varón heterosexual no es tan solo una manera de verse o vestirse u otra manera de vivir la masculinidad entre opciones iguales; para que el único criterio de análisis post-identitario no continúe siendo la hegemonía capacitista de la visión y la visibilidad siempre conductora de la asimilación [visibilizacionismo]; para poder diferenciar la misoginia internalizada de la legisladora que afirmó "las mujeres van a tener que continuar abortando en la clandestinidad porque no les vamos a aprobar el aborto legal" de los intentos por crear una experiencia vital irreconciliable con la heterosexualidad, incluidas las mujeres heterosexuales, que muchas veces los distintos lesbianismos han necesitado llevar adelante; para que ningún varón heterosexual, profesional, blanco, occidental, universitario, viva imagen encarnada del ideal regulatorio de lo que un ser humano es, crea que forma parte de ninguna disidencia sexo-afectiva o que se le puede hablar si no pide previamente permiso y disculpas por beneficiarse del peor régimen de opresión que jamás haya existido, y que lo ha destruido todo; armas contra la reterritorialización esencializante del neo binomio cis vs. trans porque las lesbianas de Wittig no son mujeres.
Cantidad: